EXPERTO BRASILEÑO DESTACA QUE LA
TRIANGULACIÓN COMERCIAL DISMINUYE
Investigador asegura que producción de granos ayudó a reducir la pobreza
El proceso de industrialización del país, la gran contribución
de la producción granelera y la reducción de la dependencia de la triangulación
comercial son factores que incidieron en la reducción de la pobreza en el
Paraguay, sostiene Wagner Enis Weber, investigador y presidente de Braspar
Centro Empresarial Brasil-Paraguay, máster en Administración y Negocios por la
Fundación Getulio Vargas. Aquí la parte final de su trabajo.
En los últimos veinte años se ha visto un repunte de la industria, el sector
de servicios, la producción de granos, caña de azúcar, mandioca y carnes, en
reemplazo de la anterior matriz excesivamente dependiente del comercio,
principalmente el de frontera, y del algodón, que generaba más ingresos a los
acopiadores y políticos que al campesino.
Mientras la industria se abocó a reemplazar las importaciones, en un primer
momento, el agronegocio se enfocó cada vez más en la exportación, ayudando a
devaluar el dólar en 25% sobre el guaraní, lo que generó un aumento real de
132% del poder adquisitivo en los ingresos laborales y familiares en dólares en
este periodo, manteniendo baja la inflación, tanto de productos importados,
como de insumos y bienes de capital para la industria nacional, aumentando el
poder adquisitivo de las familias y la competitividad de las industrias.
Con la baja competitividad de la industria brasilera y argentina, por
problemas estructurales de estos países, la industria paraguaya fue
reemplazando muchos de los rubros importados, pues el Paraguay tiene leyes de
inversión que permiten a las empresas la importación de bienes de capital con
alícuota cero, además de tener un costo laboral e IRPJ (impuesto a la renta
empresarial) mucho más bajo.
Por otra parte, el crecimiento de la producción de granos introdujo una
nueva fuente de ingresos a las familias campesinas, teniendo en cuenta que hoy
alrededor de 600.000 hectáreas utilizadas por la soja provienen del alquiler de
propiedades de miles de campesinos.
Considerando que en promedio el precio de alquiler está por US$ 500 la
hectárea, solo la soja redistribuye a los campesinos unos US$ 300 millones por
año.
Contribución del sector agrícola
La producción granelera contribuyó con la reducción de la pobreza en tres
sentidos:
1) Aumento de los ingresos de las familias campesinas que habían perdido la
renta de la producción de algodón. 2) Aumento del poder adquisitivo de las
familias paraguayas por la reducción de la tasa del dólar a nivel interno,
haciendo crecer significativamente el poder adquisitivo local. 3) Aumento de la
recaudación tributaria: desde 2002, la recaudación del IVA creció 516%,
principalmente por el aumento de la importación de bienes de capital (máquinas,
silos, cosechadoras, tractores, etc.) como insumos (agroquímicos), que pagan el
IVA integral de 10%, así como todos los impuestos de importación, al contrario
de los productos importados por el régimen de turismo y los bienes e insumos
por admisión temporaria beneficiados por las leyes 60/90 y de maquila, que se
encuentran exentos de impuestos a la hora de importar.
El aumento de la recaudación tributaria permitió al Gobierno aumentar
exponencialmente los gastos, principalmente sociales, como educación, salud, y
programas como el de Tekoporã.
Sector servicios se desarrolló dando soporte
Para dar soporte a este cambio productivo se desarrolló el sector servicios,
tanto públicos como privados, con énfasis en educación, las comunicaciones y
sector financiero, siendo las cooperativas de crédito responsables del 44% de
los préstamos a las empresas, según el Censo Económico, mientras los bancos y
financieras llegan a un tercio de los empresarios. La educación y salud, tanto
pública como privada, también repuntaron a niveles récord para dar soporte a
los jóvenes trabajadores.
Entre 2001 y 2011 el promedio de años de estudio de la población ocupada
creció de 6,9 años a 9,0 años, es decir, 30%.
La tasa de analfabetismo se redujo de 8,5% a 4,7% en el mismo período.
En 2001 había 60% de trabajadores con hasta 6 años de estudio; en 2011, 42%.
La tasa de asistencia escolar entre 6-17 años aumentó de 81% en 2002 a 91%
en 2011.
Esta evolución del nivel educacional de los trabajadores fue fundamental
para la reducción de los niveles de pobreza e indigencia en el país.
El sector comercio también cambió
Gran parte de las ventas comerciales en el Alto Paraná (más de US$ 20.000
millones en 2010, según el último Censo Económico) se concentra en el mercado
interno de las ciudades del Área Metropolitana de Ciudad del Este, que se
industrializan a ritmo fuerte, transformándose en uno de los más importantes
centros del agronegocio del Mercosur.
El crecimiento económico ayudó a aumentar la recaudación impositiva,
principalmente el IVA, además de Itaipú, que pasó a contribuir con alrededor de
US$ 1.000 millones anuales en términos de royalties, compensación, gastos
administrativos y distribución de resultados a ANDE, dinamizando el Área
Metropolitana de Asunción, dependiente de los gastos estatales.
Como prueba, en el tercer trimestre de 2012 los ingresos laborales del AMA
(Área Metropolitana de Asunción) por primera vez en la historia superaron los
ingresos laborales promedios de las principales áreas metropolitanas de Argentina.
Es importante notar que el comercio de triangulación viene reduciendo su
participación en el PIB paraguayo, tanto que en 2010 el peso del sector
comercio sobre el PIB fue de 33%, mientras en 1997/8 era de alrededor de 60%,
lo que viene contribuyendo, también, a disminuir la pobreza a nivel nacional y
aumentar las recaudaciones tributarias, una vez que la reexportación se
concentra en productos que pagan un tributo bajo y diferenciado, de solo 1,5%
de IVA, mientras que para el consumo interno no hay este beneficio.
Al contrario del agronegocio, que genera ingresos a más de 500.000 familias
en el campo, la triangulación comercial genera renta a pocos comerciantes, de
los cuales muchos ni siquiera viven en el país.
LAS ESTADÍSTICAS
ABC Color publicó ayer la primera parte del trabajo del investigador
brasileño Wagner Enis Weber, en el que sostiene que la pobreza extrema en el
Paraguay no es del 18% sino del 7,2%, utilizando el criterio de medición del
Banco Mundial. Para la Dirección de Censos, pobre es aquel cuyos ingresos no
alcanzan para comprar una canasta básica de productos, incluidos alimentos, y
servicios, y pobre extremo es quien ni siquiera accede a la canasta básica de
alimentos.